Empieza nuestra aventura por la ciudad oasis de Khiva en Uzbekistán.
Nuestro vuelo de Uzbekistán Airways sale a la hora prevista y sin ningún incidente del aeropuerto de Tashkent, rumbo a Urgrench.
Llegamos a las 7 de la tarde a un aeropuerto muy, muy pequeño, donde solamente hay una cinta para las maletas. Salieron enseguida y nos montamos en un taxi rumbo a Khiva (120.000 UZS).
De Urgrench a Khiva hay una distancia de 50km y en poco más de media hora, por una carretera completamente recta, habíamos llegado.
El taxi nos deja frente a la principal entrada al Itchan- Kala (la parte interior de la muralla), ya que al interior de la ciudad no pueden acceder coches.
Cogemos las maletas y emocionados cruzamos la puerta que da acceso a uno de los lugares más bonitos del mundo!!
No tuvimos que dar más que unos pocos pasos, para llegar a nuestro alojamiento, el hotel Khiva Orient Star.
Hacemos el registro de entrada rápidamente y nos adjudican una habitación en la planta superior. Para nosotros perfecto, pero si se tiene algún problema de movilidad el acceso es complicado, ya que se sube por unas pequeñas y estrechas escaleras.
Las habitaciones son como las de un hotel normal. Con todo lo necesario, aire acondicionado, calefacción, wifi, armario, TV, secador de pelo y baño completo. La nuestra tenía hasta balcón.
El desayuno se sirve en otro edificio, en una antigua mezquita preciosa, situada en el lado derecho del hotel.
Si tenéis la oportunidad no dejéis de alojaros en este hotel. Además de ser un alojamiento es una experiencia en sí misma, poder dormir en una madrasa, con toda la historia que conlleva, es único.
Las habitaciones suelen agotarse pronto, de hecho, intentamos reservarlo muchas veces, pero siempre estaba lleno. A dos días de emprender el viaje, volvimos a mirar y por suerte pudimos reservar la única habitación que había disponible (suponemos que alguien la habría cancelado).
El precio de la habitación con desayuno incluido es de 53 € por 1 noche y pasamos 3 estupendas noches.
Dejamos las maletas en la habitación y salimos corriendo que son ya las nueve y media de la noche y no nos queremos quedar sin cenar.
Casi todo estaba ya cerrado, pero encontramos un local muy grande y con gente aún dentro cenando, así que sin pensárnoslo dos veces entramos. Su nombre es Tea House Mirza Moshi y cenamos 2 platos, 2 coca colas y una shisha por 160.000 soms.
Para bajar la cena dimos un paseo rápido por la calle principal de Khiva, totalmente solitaria a esas horas, para ya al día siguiente estar más orientados y empezar a descubrir la ciudad a fondo.
JUMA MOSQUE
La primera visita del día será la Mezquita Juma o Mezquita del Viernes, situada en la calle principal del Itchan Kala y a escasos 200 metros de nuestro alojamiento.
Existe un ticket general (que decidimos no comprar) para visitar algunas de las atracciones turísticas de la ciudad. Lo venden en una pequeña tienda, bajo la puerta principal de la ciudad (oeste), y su precio es de 100.000 soms por persona.
A nuestro parecer, este ticket no merece mucho la pena, ya que para visitar lo más bonito e interesante de la ciudad, hay que pagar otra entrada a parte que ronda los 8.000 soms. Recomendamos valorar lo que se quiera visitar, antes de comprar el billete.
Dicho esto, cuando estábamos en la entrada de la mezquita dispuestos a comprar el ticket para visitarla, llego un grupo enorme de turistas de esos que van tras una bandera, que se arremolinaron en la entrada y a nuestro alrededor.
Y así, aprovechando la jugada, pues entramos con todos ellos para dentro, como si formáramos parte del grupo. La verdad es que es algo que no solemos hacer (creo que es la primera vez) pero es que era la oportunidad perfecta y la emoción de colarnos, nos pudo en ese momento.
Ya en el interior, pues alucinamos. Nos encontramos rodeados de más de 200 columnas de madera, totalmente talladas y a cada cual más bonita. Por algo es la mezquita más importante de Khiva.
La luz entra en la mezquita por unos orificios en el techo, creando un precioso juego de luz en la sala.
Hay que tener cuidado porque la mezquita Juma puede pasar desapercibida muy fácilmente. Por el exterior no tiene apariencia de mezquita. No tiene cúpulas, ni arcos, ni una entrada especial, lo único que llama poderosamente la atención es el grandioso minarete. No dejarse llevar por lo que se ve desde fuera, que no se hace justicia a lo que veremos en el interior.
Nos llama la atención lo poco religiosos que son en Uzbekistán, a pesar de lo que pueda parecer a priori. Para que os hagáis una idea, no es necesario ni descalzarse, ni cubrirse la cabeza, para visitar la mezquita más importante de Khiva.
Ya es casi mediodía y el hambre aprieta, así que decidimos entrar a un restaurante situado casi enfrente de la mezquita, el Farrukh Tea Restaurant.
Nos sirvieron la comida en un patio precioso, muy bien ambientado y con la posibilidad de sentarnos en las típicas hamacas, cosas que por supuesto hicimos. Pero la comida no nos terminó de convencer demasiado, pedimos unas verduras cocidas y unas samosas, además de un par de coca colas por 60.000 Soms.
Recomendamos más este lugar para relajarse tomando algo, que para comer. Comimos mucho mejor en otros restaurantes.
MURALLA (ARK) Y PUERTA DE ENTRADA a Khiva
Y para bajar la comida que mejor que un paseo por la monumental muralla que rodea el Itchan Kala de Khiva, una de las murallas más espectaculares que han visto nuestros ojos.
En tiempos de guerra, esta espectacular muralla, protegía la ciudad ante posibles ladrones, pero ladrones de agua, ya que Khiva era el único oasis que existía, antes de llegar al gran desierto.
Tiene una longitud total de 2 km y una altura de 8 metros. Su construcción es del siglo V, pero ha sufrido muchas reconstrucciones a lo largo del tiempo. La verdad es que es muy peculiar, nunca antes habíamos visto una muralla tan ondulante.
Subimos por la puerta norte y recorrimos solamente un tramo, ya que al llegar a la mitad, a la altura de la puerta oeste, el camino se corta y hay que volver hacia atrás y bajar por donde subimos.
Pero el recorrido está muy chulo, las vistas de la ciudad, las vistas de las palmeras a lo lejos, el desierto y la misma muralla, todo acompaña.
PASEAR SIN RUMBO POR ITCHAN-KALA
Aunque la primera foto que os pongo es la del mapa del Itchan-Kala, lo mejor que se puede hacer es perderse sin rumbo por sus callejuelas.
Una maravilla, una joya de lugar que te transportar a otros tiempos lejanos.
La calle central es bastante turística, a todas horas del día.
Desde el amanecer, hasta el atardecer, está llena de puestos de artesanía y turistas, pero merece la pena ya que está muy bien conservada y todos los edificios son muy bonitos.
Pero en cuanto te alejas un poco de esa calle, encuentras la tranquilidad y la magia de Khiva empieza a hacer su efecto y te empieza a atrapar.
De repente, las calles están sin asfaltar, las casas están construidas de adobe y los vecinos conversan tranquilamente sentados en la puerta de casa.
Es un lugar pequeño, pero muy, muy intenso. De verdad que es un placer, recorrer sus estrechas y polvorientas calles.
En algunos momentos parece un decorado, es como irreal, te llegas a sentir como en el cuento de las mil y una noches.
De fantasía total!!
- Actividades y excursiones
PUESTA DE SOL
Para ver la puesta de sol, habíamos quedado con una pareja que habíamos conocido por Instagram.
Fuimos a su alojamiento, la terraza del Meros Hotel, porque nos comentaron que la perspectiva era mejor que desde la muralla, y no se equivocaban, porque fue una pasada!!
La puesta de sol no fue de las más espectaculares de nuestra vida, la verdad. Pero hubo un momento curioso, en el momento de ponerse el sol, todos los pájaros se volvieron como locos y se pusieron a volar todos juntos, pasando relativamente cerca de nuestras cabezas. Increíble!!
Tras el momento mágico del día decidimos ir a cenar, de nuevo al Tea House Mirza Moshi, es el restaurante más animado que hemos visto y nos volvemos a decantar por él. 2 platos y 2 coca colas 80.000 soms.
Nos vamos a dormir temprano, no sin antes inmortalizar el momento, ante el minarete Kalta Minor.
Mañana queremos despertarnos al alba para ver amanecer en las estrechas calles de Khiva.
- Actividades y excursiones
AMANECER en khiva
Hoy toca madrugar!! Queremos disfrutar por unos instantes de Khiva en total soledad y tranquilidad.
A las 7 en punto de la mañana, hora del amanecer, ya estábamos en la calle, preparados para inmortalizar y disfrutar este momento como nunca.
En este preciso instante, nos resulta bastante sencillo imaginar cómo sería este lugar en los tiempos de las caravanas.
Pero la verdad es que la tranquilidad duró poco, a las 7:30 de la mañana ya estaban montando los puestos de recuerdos de la calle principal. Justo ahí decidimos que era el momento de irnos a desayunar a nuestra preciosa madrasa y terminar la experiencia de una forma tranquila y placentera.
KALTA MINOR
El minarete Kalta Minor (significa “minarete corto”) es sin duda el símbolo de Khiva. Está situado junto a nuestro alojamiento, la Muhammad Amin-khan Madrasah y es la imagen más famosa y que más identifica a la ciudad.
Aunque parezca enorme, está inacabado, ya que su constructor, el Khan Mohammad Amin, quería que fuese tan alto (unos 120 metros) que llegara a verse desde Bukhara, a una distancia de más de 400 kilómetros.
Pero el gobernante de Khiva fue asesinado y con ello se detuvo la construcción del descomunal minarete, quedando en la actual medida de 29 metros de altura y 15 metros de diámetro en la base, lo cual solo es una cuarta parte de la altura del proyecto.
Está totalmente recubierto con exquisitos azulejos de distintas tonalidades de colores verdes y azules. Su decoración es maravillosa, por muchas veces que pases delante de él nunca deja de impresionarte.
MADRASA Y MINARETE ISLAM KHODJA
El complejo Islam Khoja lo componen un minarete y una madrasa.
El minarete es imponente total, con sus 56 metros, es la estructura más alta de toda la ciudad, perfecta como mirador.
La forma es bastante curiosa, ya que el diámetro del minarete disminuye a medida que se eleva, creando un efecto óptico muy peculiar. Está adornado con líneas decorativas de cerámica azul y blanca.
Para poder subir al minarete hay que pagar una entrada aparte de la general, 10.000 soms por persona. Junto a las escaleras de subida al minarete hay una señora que te vende la entrada.
No os podemos decir cuántas escaleras hay hasta la parte superior del minarete, pero la subida no es fácil, más que nada, por la altura de los escalones, que algunos llegaban a la rodilla.
El interior también es bastante angosto y lo peor es cuando te cruzas con alguien que baja… difícil que entren dos personas a la vez…
Pero eso sí, una vez arriba, las vistas son gloriosas, todas las cúpulas, minaretes y bóvedas a nuestros pies!!
Muy recomendado.
Bajamos tan emocionados que se nos olvidó visitar la madrasa del mismo nombre que está situada justo detrás del minarete, pero vamos que sepáis que está ahí la opción.
MAUSOLEO DE PAHLAVAN MAHMUD
La verdad es que no sabíamos muy bien lo que nos íbamos a encontrar dentro de este edificio, ya que no lo teníamos apuntado como posible visita, pero al pasar por allí, vimos que había mucha gente y dedujimos que merecería la pena.
Para entrar al Mausoleo de Pahlavan Mahmud, pagamos 8.000 soms por persona.
Y no nos equivocábamos, en el interior se encuentran enterrados nada y nada menos que los mismísimos khanes de Khiva, sus familiares y personas importantes e influyentes de la época.
Aunque inicialmente el mausoleo fue construido en honor a Pahlavan Mahmud, un famoso poeta y artesano de Khiva, muy famoso por su fuerza extrema, más tarde fueron enterrados allí los demás mandatarios de la ciudad.
El complejo de Pahlavan Mahmud lo componen una mezquita, una madrasa y cuatro locales donde se alojaban peregrinos.
La decoración de las salas nos pareció absolutamente grandiosa, todas las paredes y techos están decorados con la tradicional mayólica azul y blanca junto con mosaicos de cerámicas esmaltadas y talladas. Una auténtica preciosidad!!
PALACIO TASH KHAULI
El palacio Tash Khauli fue construido en tan solo 8 años, por la orden del Khan Allakuli, para el cual tenía asignado un muy buen presupuesto, así que no escatimo en gastos.
No encontramos a nadie en la entrada, así que en esta visita, tampoco pagamos.
Lo primero que nos encontramos es un gran patio con forma rectangular y una arquitectura divina, con estructuras abiertas y cerradas, decoradas con mayólica, techos sumamente decorados y preciosos pilares de madera.
Cuentan que todas las estancias del palacio Tash Khauly, están conectadas entre sí, por un laberinto de pasillos sin luz, pero eso no pudimos comprobarlo, ya que tan solo nos dejaron entrar a un pequeño museo y a la habitación del Khan. Todo lo demás, prohibido el paso!!
Una pena, porque el palacio es enorme y hay muchas cosas interesantes que ver ya que por todo el perímetro del patio, se encuentran situadas las habitaciones y terrazas del Khan y sus concubinas, todas ellas lujosamente decoradas al estilo tradicional.
Para la última cena en Khiva antes de partir mañana temprano hacía Bukhara, elegimos de nuevo el Tea House Mirza Moshi , 2 platos, 2 coca colas y una shisha 160.000 soms.
De camino al hotel paramos a comprar unas postales y sellos (50.000 soms) y una camiseta de recuerdo para Javi (50.000 soms)
Khiva ha sido lo mejor de este viaje. Nos ha sorprendido lo pequeña que es, antes de viajar nos la imaginábamos muchísimo más grande. Pero al igual que decimos que es pequeña, es intensa.
Los edificios no son los mejores que veréis durante el viaje a Uzbekistán, pero el conjunto de todos ellos, tras las enormes murallas y lo condensado que es el lugar, crean una atmósfera muy especial.
Sin duda alguna hay que incluir Khiva en cualquier viaje a Uzbekistán.
I LOVE KHIVA FOREVER!!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Uzbekistán, ¡¡viaja seguro!!
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en Khiva, Uzbekistán“
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