Cambiamos de destino, dejamos atrás Khiva y ponemos rumbo a la ciudad antigua de Bukhara en Uzbekistán.
Hoy el día comienza temprano, a las 6 de la mañana, ya está el taxi que pedimos la noche anterior en el hotel, esperándonos para llevarnos al aeropuerto de Urgrench.
Tardamos poco más de media hora en llegar, a esas horas no había nadie por la carretera y nos costó 120.000 soms la carrera.
Nos llama la atención que en todos los aeropuertos de Uzbekistán hay controles para poder acceder al aeropuerto, pero no a la terminal, sino a todo el área, parking incluido. Pasan las maletas por un escáner y te piden el pasaporte y el billete de avión.
También hay que decir que la mayoría de los policías con los que nos encontramos, fueron sumamente simpáticos y amigables, así que sin problema, así estamos todos más seguros.
El vuelo transcurre sin incidentes y llegamos a Bukhara a la hora prevista. Esperamos a las maletas y cogemos un taxi (40.000 soms) en dirección a nuestro alojamiento, el Khurjin Hotel.
Llegamos al hotel bastante pronto, eran como las 9 de la mañana, pero enseguida prepararon una habitación y nos dejaron entrar para descansar un rato.
Como podréis observar por las fotos se trata de un hotel tradicional, una antigua madrasa restaurada, llena de detalles y rincones con encanto.
La habitación es de dos camas y cuenta con baño propio. No es un hotel de lujo, pero es un hotel con carácter. Dormir en un sitio con tanta historia, pues siempre es un plus.
Pagamos 38€ por noche y pasamos 3 noches. Con desayuno incluido y wifi.
El hotel está muy bien situado, al lado de la plaza Lyabi-Hauz, pero en una bocacalle muy tranquila y silenciosa, ideal para poder descansar bien.
El personal es muy amable, siempre atentos a cualquier cosa que pudiéramos necesitar. Hasta nos prestaron unos trajes tradicionales de Uzbekistán, para poder hacer nuestra ya típica foto de conunpardetrajes.
Usamos el mismo hotel como escenario para sacarnos las fotos, ya que más tradicional, no puede ser… nos viene de lujo!!
En la parte de arriba del hotel, también hay una terraza, que aunque no ofrece las mejores vistas del mundo, está bien para pasar un rato al sol o tomando un rico té uzbeko.
Nos acostamos un rato, ya que habíamos madrugado mucho y teníamos sueño. Y el rato se convirtió en horas… nos quedamos totalmente inconscientes y cuando nos dimos cuenta ya era la hora de la comida.
Nos vestimos rápido y nos fuimos a buscar un lugar donde poder comer. Entramos en el primero que nos dio buena impresión, el Temir´s Restaurant, ya que eran casi las 3 de la tarde: kebab de pollo con ensalada, samosas y 2 coca colas 120.000 soms.
Y tras la comida un paseo, sin casi fotos, sin buscar nada en concreto, solamente empapándonos de cada rincón y de la esencia de Bukhara. Viendo imágenes que nos hacen remontarnos a una España ya pasada, una España de hace 50 años. Muy, pero que muy, parecido.
Y así hasta que se nos hizo de noche, paseando sin rumbo, pero a la vez situándonos y sintiendo la ciudad.
Esta es una de las cosas que nos gusta hacer. Cada vez intentamos viajar más lento, para degustar más las ciudades y poder quedarnos mejor con la esencia del lugar. Es algo difícil de hacer, ya que siempre tendemos a visitar el mayor número de cosas en un solo día, pero de verdad que, aunque cuesta, es muy satisfactorio tener tiempo para lo que quieras hacer en cada momento.
Llegamos hasta la plaza Po-i-Kalon, donde se encuentra ubicado el descomunal minarete del mismo nombre.
Ya os hablaremos de él más adelante, pero así a priori… brutal!! Es enorme y muy muy elaborado, nos encantó e impresionó muchísimo.
Esa noche, ni cenamos, tomamos un té y una shisha (60.000 soms) en una terraza de un restaurante, cerca de la plaza Lyabi-Hauz.
Y a descansar, que mañana sí que tenemos unas cuantas visitas programadas y nos tiene que cundir el día.
MADRASA CHOR MINOR
Tras una buena noche de descanso reparador, una ducha calentita y desayunar, estamos preparados para explorar Bukhara.
La primera visita del día se encuentra relativamente cerca de nuestro hotel, como a 10 minutos caminando, pero en sentido contrario al centro de la ciudad.
La madrasa Chor Minor, es una madrasa muy diferente y peculiar. Pequeña en tamaño, pero muy grande en belleza.
Chor Minor significa literalmente “cuatro minaretes” y eso es precisamente lo que la caracteriza y la hace muy diferente a las demás, sus preciosos minaretes de color azul turquesa.
Fue construida en el año 1807 y ha sido rehabilitada en multitud de ocasiones.
En el interior de la madrasa hay una tienda de recuerdos y desde aquí, se puede subir al tejado por el módico precio de 5.000 soms.
La torre que está situada en la parte de atrás y a la izquierda, tiene una escalera que da acceso a la terraza, junto a la bóveda y los minaretes.
Es una visita bastante rápida, tampoco hay mucho que ver, la verdad. Así que si contáis con tiempo, no dejéis de visitarla.
Nos parece una visita imprescindible en Bukhara. Va a ser cierto, que los mejores perfumes, vienen en frasco pequeño… verdad?? 
PLAZA ULUGH BEG
La siguiente visita, se encuentra ya en la parte histórica de Bukhara. Se trata de dos madrasas situadas una frente a la otra. La verdad es que es bastante curioso, no habíamos visto nunca un lugar así.
La primera es la madrasa Abdulaziz Khan que data del año 1652. Para nuestro gusto, su exterior es uno de los más bonitos de la ciudad, por su color y diseño. El mosaico policromado está en bastante buen estado y es una auténtica maravilla.
No entramos, ya que el interior se usa como tienda de productos típicos artesanales.
Y justo enfrente se encuentra la Ulugh beg madrasa, a la que tampoco entramos, por el mismo motivo, pero sí, fotografiamos y contemplamos durante un buen rato.
BAZAR TAQI SARRAFON
Y a tan solo unos metros se encuentra el animado bazar Taqi Sarrafon, uno de los cuatro bazares abovedados, de la época medieval, que hay en Bukhara.
Este mercado fue utilizado, durante tiempos de la Ruta de la Seda, para el intercambio de dinero, pero actualmente se venden todo tipo de productos textiles, artesanías y recuerdos. Aprovechamos para comprar un gorro (200.000 soms).
Hay multitud de lugares donde poder comprar este tipo de artículos, a nuestro parecer, demasiados. Y el principal problema es que están situados en los lugares turísticos, pero no alrededor, si no dentro de ellos, quitando parte del encanto al lugar con tanta tienda.
Y como ya es mediodía y el hambre aprieta, nos acercamos hasta la plaza Lyabi Hauz, al restaurante del mismo nombre, que nos habían recomendado.
Decidimos comer en la terraza, al sol, ya que hacía muy buen día y pedimos pollo asado, plov, pan y dos coca colas (50.000 soms). Servicio rápido y comida rica. Recomendado.
PLAZA PO-I-KALON
Y con energías renovadas tras la comida, vamos a ver el principal punto turístico de Bukhara, la preciosa plaza Poi Kalyan, donde se encuentra la mezquita y minarete del mismo nombre y la madraza Mir-i.
El descomunal minarete Kalyan es el lugar más emblemático de la ciudad de Bukhara.
Mide la friolera de 48 metros de alto y 9 metros de diámetro en la parte inferior. Es uno de los monumentos más antiguos de Asia Central, ya que se construyó en el año 1127.
Fue construido solamente con ladrillos cocidos y aunque parezca increíble, nunca ha sido restaurado.
Descomunal!! Mirad que pulguita parezco a su lado!!
En la madrasa Mir-i Arab, la entrada está prohibida, ya que es una escuela islámica y está en funcionamiento, en ella estudian las complejidades del Islam.
Fue construida en tan solo 1 año y cuenta la leyenda que para conseguir todo el dinero el khan tuvo que vender 3.000 persas, que tenía cautivos.
Y la tercera visita en la plaza es la gran mezquita Kalyan, la principal y más grande mezquita de Bukhara.
La Entrada Este (entrada principal) es preciosa, está bellamente decorada con azulejos y mosaicos, solo con verla ya dan ganas de cruzarla.
Se supone que hay que comprar una entrada para visitar el interior, pero en la puerta no había nadie, así que otra vez que entramos sin pagar. En este viaje no sé lo que está pasando, pero el tema ya se nos está yendo de las manos…
Lo primero que nos llama la atención y nos sorprende nada más entrar, es el enorme patio, en el que pueden llegar a entrar hasta 12.000 personas a la vez para orar, fijaros si es grande.
A ambos lados del patio interior hay 2 larguísimas galerías abovedadas, de color blanco y ladrillos, con nada más y nada menos que 288 cúpulas y 208 columnas. Impresionante! Desde los extremos, no se llegaba a ver casi el final.
Y no hay mucho más que ver. Nos parece curioso el contraste de lo elaborada que está la fachada, con lo sencilla que es por dentro esta mezquita. Tan solo un patio enorme con un árbol en medio y dos enormes galerías a cada lado. Pero eso sí, muy tranquila y agradable. Estuvimos prácticamente solos durante toda la visita.
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PLAZA LYABI-HAUZ
Y como ya casi se estaba poniendo el sol, decidimos ir a vivir este momento tan especial del día, a la plaza Lyabi Hauz, una de las principales plazas de Bukhara.
Hauz, significa estanque y eso es lo que precisamente hay en el medio de la plaza, un estanque artificial de 42 metros de largo por 36 de ancho
En la antigüedad había muchos estanques como este en Bukhara, ya que eran la principal fuente de agua de la ciudad, pero la mayoría se secaron y otros se infectaron, trayendo diversas enfermedades y tuvieron que ser cerrados.
Lyab-i Hauz es el centro de Bukhara, donde se reúnen locales y turistas para descansar o tomar algo en las múltiples terrazas y restaurantes que rodean la plaza.
También está muy cerca de la principal calle comercial, así que es punto de paso casi a diario.
Rodeando la plaza hay 3 edificios históricos: 2 madrasas, Nadir Divan-Beghi Madrasah y Kukeldash Madrasa, además de un edificio que albergaba un hospicio.
La plaza Lyabi Hauz sin duda es el mejor lugar para disfrutar del ambiente local de Bukhara. Lo mejor es ir sin prisa y disfrutar, viendo el ir y venir de la gente.
Conclusión: Un sitio imprescindible en Bukhara, por donde pasaréis más de una y dos veces.
Se hace de noche y como no tenemos mucho más que hacer, vamos a buscar un buen restaurante para cenar.
Damos una vuelta a toda la plaza y en una pequeña bocacalle nos llama la atención un letrero, el del Restaurante Adrás. Pues allá que vamos a probar suerte.
Y nos encontramos con un lugar precioso, un antiguo caravanserai restaurado y con mucho encanto.
El restaurante estaba situado en el primer piso, con preciosas vistas al patio central.
Pedimos para comer ternera con arroz a la brasa, pollo en salsa, ensalada, pan y dos coca colas (140.000 soms). Estaba todo delicioso, quizás algo caro, pero el lugar es precioso y la comida estaba muy buena. El servicio, como en casi todo Uzbekistán, de lujo, siempre están pendientes de lo que puedas necesitar y son muy amables.
Por cierto, las fotos que veis son de día, porque volvimos al día siguiente para sacar fotos con luz.
Y aquí acaba nuestro día. En el mes de Octubre, ya atardece bastante pronto y los días se hacen cortos.
Nos vamos al hotel a descansar y mañana más.
Buenas noches
PALACIO SITORAI MOKHI KHOSA
La primera visita del día está un poco alejada del centro de la ciudad, a unos 4 km, así que cogimos un taxi (30.000 soms) para que nos acercara hasta la puerta del Palacio Sitorai Mokhi Khosa, la residencia de verano del último emir, Alim Khan,
El precio de la entrada es 22.000 soms por persona, más 5.000 soms si se quiere usar cámara de fotos.
En Uzbekistán, en la actualidad, quedan pocos palacios en pie, ya que en la época soviética fueron destruidos y arrasados. Pero en Bukhara aún tenemos la posibilidad de visitar este.
Nada más entrar lo primero que nos encontramos y nos mantiene entretenidos durante un buen rato, fue un gran jardín lleno de pavos reales. Estos pavos dicen que son descendientes de los originales, de los que tenía el khan cuando vivía en palacio.
Es muy curioso ya que tiene una mezcla de la arquitectura europea (rusa) y asiática, cosa que le da un encanto muy especial. Hay que destacar las galerías que hay alrededor del patio, son de una belleza absoluta, con esos colores tan vivos y llamativos.
El patio es una auténtica preciosidad!! Solo con ver las románticas ventanas, con forma de corazón, a mí ya me conquistó!!
El interior podríamos decir que es muy “ruso”, con estancias repletas de cosas y una decoración un tanto recargada. Se pueden recorrer las diferentes estancias de palacio y así hacernos una idea de cómo vivían, mediante una exposición de objetos cotidianos, como ropa, relojes, joyas, muebles, alfombras, vajillas…
PLAZA DEL PARQUE SOMODINS
Volvemos a coger un taxi que nos lleve hasta la la zona del Parque Somodins, para hacer unas cuantas visitas por la zona.
La primera visita fue muy rápida, otras 2 madrasas enfrentadas: la madrasa Madari Khan y la madrasa Abdulla Khan, parecidas a las que vimos ayer, pero menos bonitas, así que paramos poco en el lugar.
MAUSOLEO ISMAIL SAMANI
La siguiente visita es un mausoleo, el mausoleo de Ismail Samani, un emir poderoso e influyente de la dinastía Samánida.
Curiosamente se encuentra situado en medio de un parque, y dentro de este parque, hay un pequeño parque de atracciones muy, muy retro. Pues justo al lado se encuentra el mausoleo. Un poco extraño, la verdad, incluso pensábamos que nos estábamos equivocando de lugar…
El mausoleo es pequeño, nada que ver con los que ya hemos visto en Tashkent y Khiva y veremos más adelante en Samarcanda, pero también es muy bonito, por lo distinto que es.
Tiene forma de cubo y está construido de ladrillos cocidos con forma de entrelazado. Además de lo bonito que es, cabe destacar que es famoso por ser el monumento arquitectónico islámico más antiguo de toda Asia Central. Otra razón más para visitarlo.
MEZQUITA BOLO HAUZ
La Mezquita Bolo Hauz (estanque de niños), aunque está situada fuera de las murallas, es una de las principales atracciones turísticas de Bukhara.
A nosotros personalmente nos gustó mucho, tanto por dentro, como por fuera y estuvimos absolutamente solos durante toda la visita.
La entrada es gratuita y la mezquita sigue en uso, así que a la hora de la oración, no puede ser visitada.
Lo más característico de esta mezquita son las 20 preciosas columnas de madera tallada, que sostienen el techo.
También se le conoce con el nombre de la “la mezquita de los 40 pilares”, sí 40, no es un error. Viéndolo en perspectiva, los 20 pilares de la mezquita se reflejan en el estanque, por lo que parece que hay 40.
El estanque, al igual que el la plaza Lyabi Hauz, fue construido para el almacenamiento de agua, pero de nuevo los soviéticos decidieron secarlo para prevenir el riesgo de epidemias.
La entrada es espectacular, nos encontramos en un enorme porche cubierto, con pilares de madera labrada y un maravilloso techo con dibujos geométricos y florales, de multitud de colores. Todo muy al estilo uzbeco.
La mezquita por dentro es bastante sobria y elegante, destaca la gran lámpara de araña que cuelga del techo.
CIUDADELA DE BUKHARA
Y justo enfrente de la mezquita tenemos la última visita del día, la Ciudadela de Bukhara.
Su forma, color y sobre todo lo robusta que es, hace que nos impresionemos nada más verla. Ha sido reconstruida en numerosas ocasiones, y es que no me extraña, porque fue construida 3 siglos antes de Cristo.
Actualmente es un lugar para pasear, disfrutando de buena compañía y de la tranquilidad que no tuvieron durante muchos años en estas tierras. No hay que olvidar que el mismísimo Genghis Khan entró con sus tropas en Bukhara en el siglo XVIII.
Mejor así verdad??
Aunque se puede entrar (15.000 soms), solamente la visitamos por fuera, ya que habíamos leído que el interior no merece la pena, lo único que hay son tiendas de recuerdos y un museo.
La visitamos casi a la hora de la puesta de sol, cosa que es muy recomendable y agradable, la luz es perfecta y se puede pasear tranquilamente y pasar un rato muy agradable recorriendo la fortaleza.
Y para la última cena elegimos el Minzifa Restaurant y todo un gran acierto, el que más nos gustó de todo Bukhara.
Pollo al limón, pasta con ternera, pan, 2 coca colas y una shisha 80,000 soms.
Este restaurante sí que lo recomendamos y mucho!! La comida nos pareció exquisita y hay opción de cenar en la terraza o en el interior.
Nos vamos a dormir y aquí acaba nuestro paso por Bukhara. Lo hemos disfrutado tranquilamente y esto ha hecho que nos vayamos con muy buen recuerdo de la ciudad.
Mañana ponemos rumbo al último lugar de este increíble viaje, pero también el más esperado y deseado, Samarcanda.
Hasta siempre Bukhara!!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Uzbekistán, ¡¡viaja seguro!!
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en Bukhara, Uzbekistán“
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