¡¡¡Muy feliz año nuevo viajeros!!!
¿¿Cómo ha empezado el 2017?? ¿¿Con resaca?? ¡¡Nosotros no, porque ayer nos portamos bien!!
Así que, con ganas de conocer más pueblos de esta bella zona, nos ponemos en marcha. No me digáis que no es la mejor forma de empezar el año…
Nos montamos en nuestro auto y en unos 20 minutos llegamos a la primera visita del día.
Riquewihr es otro pequeño, pero encantador pueblo de la Alsacia, de los más visitados de la región y distinguido como “Les plus beaux villages de France”.
Esta vez no nos quedó otra que aparcar en zona de pago, 2€, justo en la entrada de la principal puerta de Riquewihr .
Accedemos a la parte antigua del pueblo a través de un arco, que crea el edificio del Ayuntamiento.
Nada más cruzar el arco, entramos en la calle principal, que va desde el ayuntamiento hasta la torre del reloj.
Aquí ya empezamos a ver las tan características casas alsacianas, de colores pastel, entramado de madera y bellos adornados navideños.
Mañana es el cumple de Javi y hemos decidido adelantar la celebración un día, ya que estaremos medio día de viaje y eso no mola tanto…
¡¡¡Así que así de sorpresa, le doy su regalo!!! Felicidades Javitxu!!!Que cumplas muchos más!! ¡¡Y si es viajando y conociendo mundo, pues mejor que mejor!!
Yo le di su regalo, pero él también me dio, a mí el mío…
Seguimos caminando y es que la verdad es que da gusto pasear tranquilamente por el centro histórico mirando las preciosas casas, callejuelas, tiendas y restaurantes.
Llegamos a uno de los puntos de referencia del pueblo, la Torre Dolder, una torre de vigilancia de 25 metros de alto, construida durante en el siglo XIII.
Esta torre tiene una característica muy curiosa en la que hay que fijarse. Cada lado tiene diferente aspecto, la cara exterior es sobria y agresiva, para asustar al enemigo, mientras que la interior, la que da al pueblo, es sumamente bonita y atractiva. Es que antiguamente, se las sabían todas…
Justo al lado de la Torre Dolder, a la derecha, se encuentra situada la Fuente Sinne, que antiguamente servía para el lavado de toneles y cántaros de vino.
Seguimos caminando cuesta arriba hasta llegar a la Puerta Alta, puerta superior de entrada, en nuestro caso, salida al pueblo.
Esta puerta también es bastante bonita, tiene un puente levadizo y data del siglo XIII.
Así que, habiendo visto toda la calle principal, no es muy grande, volvemos sobre nuestros pasos pueblo abajo hasta llegar de nuevo al parking.
Como ya hemos dicho anteriormente, lo mejor es pasear y admirar estos preciosos pueblos, dejarse perder por las calles y contemplar las casas, muchas de los siglos XVI y XVII, y catalogadas como monumentos históricos de Francia.
En resumen, Riquewihr nos ha parecido un pueblo precioso, por algo es de los más visitados de la zona.
Hay que incluirlo, sí o sí, sin dudarlo, en cualquier ruta por la Alsacia.
Terminada la visita ponemos rumbo a otro pueblo de cuento de Navidad, Kaiserberg.
El paisaje de camino es absolutamente espectacular. Todo está completamente congelado y es una estampa súper navideña. No podemos menos que pararnos a sacar fotos e inmortalizar esta bella imagen.
Tras una larga tanda de fotos y 20 minutos de trayecto, llegamos a Kayserberg.
Aquí no nos quedó otra que volver a pagar el parking (2€).
Se trata de otro bonito pueblo alsaciano, rodeado de viñedos, con calles adoquinadas y casas antiguas con entramados de madera. Un pintoresco pueblo por donde pasear tranquilamente contemplando los coloridos edificios y las pequeñas tiendas de artesanía.
Pasamos al lado de la iglesia de Sainte Croix, situada al lado del ayuntamiento y nos llamó la atención, así que decidimos entrar a verla por dentro.
Fue construida por etapas desde el siglo XII hasta el siglo XV y el interior es bastante imponente. Un Cristo crucificado, de más de 4 metros, decora el retablo principal.
En la plaza de la iglesia hay casas imponentes y la decoración es exquisita, es que no falta ni sobra ni un solo detalle.
Incluso se puede admirar una fuente de arenisca amarilla, coronada por una estatua del Emperador Constantino, fechada en el siglo XVI.
Caminando y caminando llegamos hasta la zona del río, la más bonita y fotogénica de todo el pueblo.
Cruzamos por un puente fortificado de piedra que sirvió antiguamente como punto de defensa y giramos a la izquierda. Llegamos a una preciosa casa con un patio y una capilla aledaña, el lugar más fotografiado y conocido de todo Kaysersberg. ¡¡La verdad es que es divino!!
Desde el puente también se obtiene una estupenda panorámica del precioso pueblo y el castillo.
Satisfechos con los preciosos pueblos que hemos podido conocer hoy, nos vamos a nuestra base de operaciones, Colmar, a darnos una duchita para entrar en calor y más tarde a cenar, que hoy estamos de celebración.
Por la noche y para celebrar el cumple de Javi, elegimos un restaurante japonés llamado Sushia, ubicado en el centro de Colmar.
Nos gustó mucho la verdad. Muy buen servicio, la comida muy rica y una excelente decoración.
Y para bajar la cena, decidimos darnos un último paseo por la Petite Venise, y sacar unas fotos con todo iluminado.
Vuelvo a repetir que en estas fechas es un gustazo venir a conocer estos pueblos, sigue todo igual de adornado y con una tranquilidad asombrosa, nunca lo hubiéramos pensado antes de venir.
Completamente en soledad, hicimos todas las fotos que quisimos hasta aburrirnos… y congelarnos!!
Para sacar la típica foto de Colmar, con las casas de fondo iluminadas de colores, hay que subir a la escalera que veis en la siguiente foto.
Se trata del edificio Koifhus una pequeña casa medieval que antiguamente albergó la aduana de la ciudad.
¡¡El lugar perfecto, para sacar la foto perfecta!! ¡¡Recordarlo!!
Absolutamente todo lo que lo rodea a esta plaza es de postal, como de cuento de Navidad.
Ponemos fin a otro día en la bella Alsacia. Esto ya se acaba, mañana tristemente volvemos a casa, pero antes tenemos toda la mañana libre que aprovecharemos para ver Colmar de día.
¡¡Seguiremos informando!!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Francia, ¡¡viaja seguro!!
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en la Alsacia“
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