La visita al Castillo de Chenonceau en el Valle del Loira, la tuvimos que hacer dos veces.
Os explicamos: Llegamos al parking el día 28 de diciembre sobre las 11 de la mañana y nos lo encontramos completamente lleno de gente. El parking estaba prácticamente completo y el camino que llevaba hasta el castillo, ni lográbamos verlo, por el número de personas que había en él. Con este panorama y estando ante uno de los castillos más famosos y visitados de todo el Valle del Loira, decidimos no entrar y posponer la visita.
Sin duda, fue un gran acierto. Volvimos el día 5 de enero a las 10 de la mañana y el parking estaba prácticamente vacío y en el camino no se veían apenas personas. Hoy sí, es el día de por fin, conocer el precioso Castillo de Chenonceau.
Aparcamos en el parking gratuito que hay situado justo a la entrada del castillo.
Algo que tenemos que destacar y que nos gusta mucho es que en la mayoría de los castillos, nuestras queridas mascotas son bienvenidas!!
Nada de dejarlos en casa o en el coche, son admitidos. Eso sí, solo por las zonas exteriores.
Los horarios en invierno son bastante limitados, en Navidad de 9:30h a 17:30h. Y atención!! la última entrada es 1 hora antes del cierre, así que no os descuidéis con los horarios.
En verano son mucho más amplios, cerrando en agosto a las 19: 30 horas.
Los horarios cambian mucho dependiendo de la época del año, así que para estar seguros del horario de apertura durante vuestro viaje, recomendamos visitar la página web Castillo Chenonceau y confirmarlo antes de ir.
Las entradas se pueden comprar online, a través de la web del Castillo de Chenonceau, en las taquillas que hay situadas a la entrada del castillo o en unas máquinas expendedoras en diferentes idiomas, incluido el español.
Nosotros elegimos la tercera opción, las máquinas ya que estaban vacías y no tuvimos que esperar nada.
Por tanto, la compra fue rápida y sencilla. Elegimos la entrada que da acceso al castillo, jardines y galería. Una visita autoguiada con folleto explicativo en español.
Pagamos 15€ por persona y con tarjeta de crédito.
También hay la opción de realizar la visita con una audioguía, disponible en 12 idiomas y de una duración de 45 minutos. El precio de esta opción es de 19€ por persona.
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Y ahora sí que sí, ya con nuestras entradas en la mano, estamos más que dispuestos e impacientes por conocer el Castillo de Chenonceau en el Valle del Loira. Parece que en este caso, a la segunda va la vencida.
Por fin, caminamos por la larga avenida, que nos lleva hasta los pies del castillo.
El castillo se construyó en el siglo XVI, sobre el río Cher y para llegar hasta él hay que cruzar un puente custodiado por dos leones alados.
La primera estancia en la que entramos fue en la Sala de la Guardia, lugar donde se alojaban los hombres que protegían al rey.
Aquí encontramos la chimenea encendida, que se agradecía la verdad, ya que hacía bastante frío ese día.
Las paredes están cubiertas con tapices de flandes del siglo XVI.
Desde la Sala de la Guardia y por una puerta, con una pequeña estatua de la virgen encima, accedemos a la Capilla, que estaba preciosa decorada de Navidad.
Esta capilla guarda una curiosa historia: Durante la guerra fue salvada de ser derruida gracias a la perspicacia de Madame Dupin, la dueña del castillo en aquel entonces.
La señora logró camuflar la capilla, convirtiéndola en un almacén de madera y de esta forma, pasó totalmente inadvertida para el enemigo.
Las vidrieras no son las originales, fueron reemplazadas, ya que sufrieron daños por un bombardeo.
El segundo aposento que visitamos es el de Diana de Poitiers, la que dicen que fue la mujer favorita del rey Enrique II y a la que regaló el castillo.
En la enorme sala destaca sobre todas las cosas la cama con baldaquín y la enorme chimenea.
En las paredes hay 2 enormes tapices de Flandes y multitud de obras de arte de los pintores más famosos de la historia.
De la habitación se pasa al Gabinete Verde (lugar de trabajo de Catalina de Médicis) y a una pequeña biblioteca.
Por todo el castillo encontramos muchas veces este símbolo: en suelos, puertas, chimeneas, fachada…
Son las iniciales de Enrique II (H) y Catalina de Médicis (C), que entrelazadas forman una D, inicial de Diana de Poitiers… la que hemos dicho antes que era la mujer favorita del rey… Ahí lo dejamos, cotilleos de palacio… 😉
Y por último, en la planta baja, llegamos a uno de los puntos fuertes del castillo y el que más nos gustó, la Galería.
Desde la habitación de Diana de Poitiers, por un pequeño pasillo, se llega hasta este increíble corredor de 60 metros de largo.
Al fondo, un enorme, pero en la lejanía pequeño árbol de navidad, le da el toque perfecto al lugar que en su día sirvió como salón de baile.
Ahora mismo, en el centro de la galería, estamos situados en la mitad del caudal río Cher.
Este lugar también guarda una curiosa historia, de esas que nos encantan: Durante la Segunda Guerra Mundial este río, marcaba la frontera entre la zona ocupada por los alemanes y la zona de la resistencia francesa. El dueño del castillo utilizó esta galería para pasar a mucha gente hasta la zona libre.
Durante la Primera Guerra Mundial este castillo también se usó como hospital, así que imaginaros la importancia que ha tenido a lo largo de la historia.
Tras llegar a este punto descendemos un piso hasta la planta más baja del edificio, la que está justo encima del río.
La primera estancia es el Salón de Francisco I, dorada a más no poder.
Retratos, aparadores, armarios y una enorme chimenea componen la estancia.
Las vistas desde la ventana de esta habitación no tienen desperdicio alguno, vemos el caudal del río Cher justo debajo y el jardín de Catalina de Médicis a la derecha.
De ahí pasamos directamente a la zona de las cocinas, donde podemos contemplar la chimenea más grande de todo el castillo.
Desde la cocina se accede al comedor del personal del castillo, la carnicería y la despensa.
Por último en esta planta baja, visitamos el Salón de Luis XIV, en recuerdo a una visita que hizo al castillo.
Lo más destacable es un enorme cuadro que le regaló el rey, de su retrato con un extraordinario marco.
Una preciosa escalera nos conduce hasta la primera planta del castillo.
La primera estancia que visitamos es el Aposento de las 5 Reinas, llamado así en recuerdo de las 2 hijas y las 3 nueras de Catalina de Médicis.
Una cama, una enorme chimenea del Renacimiento y tapices de Flandes decoran la estancia.
Desde esta habitación las vistas también son estupendas, se ve toda la galería sobre el río, casi de lado a lado.
La siguiente estancia sería la de la propia Catalina de Médicis, una de las habitaciones más relevantes del castillo, pero lamentablemente se encontraba en mantenimiento, por lo que no pudimos verla.
Aledaña a la habitación se encuentra la Galería de Médicis, una amplia colección de objetos y documentos, sobre la historia y construcción del castillo.
Seguimos con la ruta hasta llegar al aposento de Cesar de Vendôme, hijo del rey Enrique IV, que fue también propietario del Castillo de Chenonceau en el Valle del Loira.
Lo más relevante es el precioso techo de madera, una chimenea renacentista, tapices de Flandes y una pintura de Murillo.
Este castillo es realmente enorme, ya hemos perdido la cuenta de las habitaciones que hemos visto y de repente vemos que queda una planta más arriba y que se puede visitar.
Pues nada, subimos y que bonito!! Nos recibe un precioso vestíbulo con techos de madera de forma abovedada. Un lugar de ensueño!!
En esta planta tan solo se puede acceder a una estancia, el Aposento de Luisa de Lorena.
Esta reina estuvo en esta habitación enclaustrada gran parte de su vida tras el asesinato de su marido el rey Enrique III.
La cama, la chimenea y el techo original es lo más relevante de la estancia.
Y aquí, tras casi 2 horas en el interior del Castillo de Chenonceau, damos por finalizada la visita.
Aún nos quedan por visitar la zona exterior y los jardines, pero antes tenemos y queremos destacar la especatcular decoración navideña que nos hemos ido encontrando a lo largo y ancho del castillo.
A continuación os mostramos unas imágenes para demostrar que el Valle del Loira es un destino navideño estupendo. Mirad con atención!!
Precioso verdad?? A nosotros nos ha sorprendido muchísimo.
Salimos del castillo, cruzamos el puente y nos dirigimos a la zona que está situada a la izquierda.
Allí se encuentra el Jardín de Catalina de Médicis, con un elegante estanque redondo en el centro y rodeado por jardines de césped.
Pero lo mejor de esta zona, no es el jardín y en esta época menos aún, si no las magníficas vistas a la fachada oeste del castillo.
El Castillo de Chenonceau nos ha parecido una autentica belleza.
No podíamos parar de hacer fotos a cada paso, es fotogénico total, desde todos sus ángulos.
Y tras una buena tanda de fotos, vamos al otro lado del castillo, hacía la derecha, donde se encuentra el enorme Jardín de Diana de Poitiers, al que tampoco le prestamos demasiada atención.
Toda esta zona está construida sobre una serie de terrazas elevadas, para estar protegida de las crecidas del río Cher.
Precioso, tanto por detrás, como por delante, como por los lados, es incuestionable.
Y hasta aquí nuestra visita al Castillo de Chenonceau, un castillo que nos ha conquistado, pero de verdad!! Hasta tal punto, que si tenemos que pensar en un castillo del Valle del Loira, es el primero que se nos viene a a la cabeza.
Apuntadlo bien!! Indispensable, total!!
Localización: 37150 Chenonceaux
Horario de visita: En Navidad de 09.30-17.30. Para otras épocas consultar la web Castillo de Chenonceau
Precio: 15€ con folleto explicativo, 19€ con videoguía
A continuación, os dejamos un vídeo, para que podáis verlo de una forma más real.
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones del Valle del Loira, viaja seguro!!
A continuación te dejamos un artículo donde explicamos claramente, porqué es necesario contratar un seguro a la hora de emprender un viaje: ¿Por qué es necesario contratar un seguro de viaje?
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en el Valle del Loira“
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