El último día del año, amanece con un sol resplandeciente y ni una sola nube en el cielo, así que decidimos subir a lo alto del Campanile, el punto más alto de Venecia, para contemplar la ciudad desde lo alto.
Para ello, nos montaremos en el vaporetto en la Piazzale de Roma y nos bajaremos en San Marcos.
El Campanile, quizás sea una de las imágenes más representativas de la Plaza San Marcos. Con sus 98,5 metros de altura y de color rojo intenso, realmente impone, a un lado de la gran plaza.
Ha sido incluida en la lista de patrimonios de la humanidad de la UNESCO.
Llegamos a la gran plaza y como para todo en Venecia… hay que hacer cola!!
Es una ciudad sumamente turística, tanto, tanto… que en algunas ocasiones nos llegamos a sentir bastante agobiados.
Perdimos un poco la noción, pero el tiempo aproximado de espera hasta llegar a pisar el primer escalón que da acceso al interior del campanario, fue de algo más de 1 hora.
El precio de la entrada es de 8€ y se asciende mediante un pequeño ascensor.
También hay la opción de alquilar una audioguía, disponible en bastantes idiomas, incluido el español.
No es barato, pero hay que admitir que las vistas desde lo alto, son impresionantes y más en un día tan espléndido!!!
La visibilidad era inmejorable y dejar descansar un rato la cámara todo un reto… 
Venecia a nuestros pies, la gran Plaza de San Marcos, la Basílica y el Palacio Ducal desde una perspectiva poco común.
Las vistas de la laguna, con un color azul intenso y salpicada de embarcaciones circulando de un lado a otro sin parar, como si de una gran autopista se tratase, nos dejaron embobados durante un buen rato.
A lo lejos y en dirección noroeste pudimos llegar a ver el Puente de la Libertad, puente que une la Piazzale de Roma con tierra firme, en el barrio de Mestre.
Y más lejos todavía pero en dirección noreste y como pocas veces sucede, llegamos a ver la isla de Murano.
La panorámica de la iglesia de basílica San Giorgio Maggiore, ubicada en la isla del mismo nombre es espectacular, súper fotogénica!!!
Si somos capaces de despegar los ojos del increíble paisaje y mirar hacia arriba, 5 grandes campanas se alzan sobre nuestras cabezas.
Durante el periodo de la República, cada una de ellas tenía una función diferente. Dependiendo de cuál sonara, los habitantes de Venecia sabían los acontecimientos que habían sucedido en la ciudad, desde condenas a muerte a consejos urgentes.
En lo alto de una columna podemos ver una placa con una inscripción que indica, que este fue el lugar donde Galileo Galilei presentó su innovador invento, el telescopio.
Desde este mismo lugar, se hicieron pruebas con el primer telescopio del mundo, convirtiéndose en uno de los grandes acontecimientos de la historia.
Muy satisfechos con la visita, pero congelados, no hay que olvidar que estamos en diciembre a unos 2 grados y a esa altura soplaba el viento que no veas… ponemos fin a la visita.
Descendemos de nuevo en el ascensor y cuando llegamos abajo, vemos que la fila de espera era más larga aún que cuando llegamos… Menos mal que hemos madrugado!!!
Nuestra conclusión es que si hace buen día, merece la pena la visita y pagar el caro precio de la entrada.
Recomendamos subir la torre, después de haber visitado la ciudad, así todo es más familiar e intentas ubicar los lugares ya visitados.
Las vistas son incomparables desde el punto más alto de la ciudad!!!
Y lo más importante, ya para finalizar, si quieres disfrutar sin preocupaciones de Venecia, ¡¡viaja seguro!!
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Y hasta aquí: “Con un par de maletas en Venecia“
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